jueves, 4 de junio de 2015

Los ojos del Diablo y Monte Candina

Altitud: 350 m. y 470 m.
Macizo: Candina
Ruta: Oriñón-Liendo (Km. 161)
Tiempo: 3 h. (Ida y vuelta)
Distancia: 8.000 m.
Apta para niños: (+10)

Desde los Ojos del Diablo y desde lo alto del Monte Candina, podemos atrapar un trocito de mar, de cielo y de tierra. Infinitas tonalidades de azules y verdes, aguas cristalinas, restos de espuma de olas que se superponen sin prisa dejando su huella en la arena anaranjada, dunas con pinceladas verdes, caminos serpenteantes que se suspenden de repente, la costa que se recorta marcando una frontera precisa de rocas entre el azul y el verde, un promontorio que recuerda a una ballena adentrándose en las aguas, y el silencia... ese silencio que solo existe en las fotografías impresas en nuestra memoria y cuando contemplamos los paisajes desde las alturas. 


También conocido como Los ojos de Llanegro, esta preciosa ruta está situada en la costa Cantábrica, entre las localidad de Oriñón y Sonabia.

El punto de partida de la ruta se encuentra en la salida de Oriñón-Liendo en la Autovía del Cantábrico (A8). Hay que seguir un poco por la carretera N-634 y en el kilómetro 161 vemos un antiguo tramo de carretera habilitado como aparcamiento.

Desde este lugar parte un pequeño sendero pedregoso que se adentra entre la vegetación con bastante pendiente. La ruta no tiene pérdida, ya que está totalmente marcada con puntos de pintura sobre las rocas.


Echando la vista atrás sobre el camino andado, se visualiza perfectamente el trazado y los collados que hemos ido superando, aunque a partir de este punto, el terreno se hace totalmente rocoso y hay que extremar la precaución para no sufrir ningún traspiés con las rocas sueltas del camino.



Llegados a un desvío (izquierda y derecha), tomamos el camino de la izquierda para situarnos en el último tramo de la ascensión para llegar a los Ojos del Diablo. El camino de la derecha nos dirige al Monte Candina, que lo ascenderemos a la vuelta. Desde este punto se puede apreciar el buzón en su cima.


Un kilómetro más adelante podemos disfrutar de la maravillosa panorámica de la costa Cantábrica, olvidándonos del esfuerzo hecho y las altas temperaturas. Hemos llegado a los Ojos del Diablo.



Desde aquí, retrocedemos sobre nuestros pasos hasta el desvío anterior para iniciar el último repecho con ayuda de las manos para llegar a la cima del Monte Candina, con unas espectaculares vistas de Sanabia e Islares.


Espectacular ruta y vistas recomendable en días despejados, aunque no muy recomendable para niños pequeños dado el gran número de desniveles que hay por la zona, su peligrosidad y la necesidad de trepar con las manos por algunos tramos de las laderas.

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